Se entiende como huella de carbono la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto
directo o indirecto por un individuo, organización, evento o producto. Esta medida identifica la cantidad de emisiones de GEI que son liberadas a la atmósfera como consecuencia del desarrollo de cualquier actividad; permite identificar todas las fuentes de emisiones de GEI y establecer a partir de este conocimiento, medidas de reducción efectivas.
En nuestra rutina diaria, desde que nos levantamos de la cama, desayunamos, consultamos las noticias de la mañana en nuestro televisor o teléfono móvil y nos preparamos para iniciar el día realizamos multitud de acciones que contribuyen un poco a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). Son estos gases los que incrementan la temperatura de la Tierra intensificando el calentamiento global acelerando el cambio climático con efectos desastrosos para nuestro planeta. Aunque el mayor volumen de emisión de GEI no proviene de las acciones del día a día de la mayoría de la población, saber nuestro impacto ambiental nos permite generar una mayor conciencia ambiental y así poder pasar a la acción.
¿Qué es la huella de carbono?
Se entiende como huella de carbono la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto
directo o indirecto por un individuo, organización, evento o producto. Esta medida identifica la cantidad de emisiones de GEI que son liberadas a la atmósfera como consecuencia del desarrollo de cualquier actividad; permite identificar todas las fuentes de emisiones de GEI y establecer a partir de este conocimiento, medidas de reducción efectivas.
Los 7.000 millones de personas del mundo consumen cantidades variables de los recursos del planeta. Según las previsiones de las Naciones Unidas, la población mundial podría llegar a 9.700 millones de personas en 2050, y a más de 11.000 millones en 2100. Con el incremento de la población las emisiones aumentan y los recursos del planeta se agotan más rápidamente.
La huella de carbono se mide en masa de CO2 equivalente (CO2e o CO2eq). Se usa así porque el CO2 es el gas más abundante entre los GEI y se utiliza como referencia en la medición del resto de los elementos.
En términos individuales, conocer la huella de carbono que generamos ayuda a emprender acciones cotidianas que disminuyan las emisiones. Es necesario tener conciencia de esto para contribuir a un futuro más sostenible.
Los pequeños cambios pueden suponer una gran diferencia a largo plazo, por ejemplo en lo relacionado con el transporte, los alimentos, las prendas de vestir, los residuos, etc. Aquí te ofrecemos algunos consejos:
Alimentos
- Consumir productos locales y de temporada (olvídate de las fresas en invierno).
- Limitar el consumo de carne, especialmente de carne de vacuno.
- Consumir pescado obtenido mediante pesca sostenible.
- Utilizar bolsas de compra reutilizables y evitar los productos con un embalaje de plástico excesivo.
Asegurarse de comprar solo lo necesario para evitar el desperdicio de alimentos.
Prendas de vestir
- Cuidar bien la ropa.
- Tratar de intercambiarla, tomarla en préstamo, alquilarla o comprarla de segunda mano.
- Comprar ropa fabricada de forma responsable, por ejemplo fabricada con material reciclado o con etiqueta ecológica.
Transporte
- Utilizar la bicicleta o el transporte público.
- Ser inteligente en cuanto a cuándo y cómo conducir.
- Tratar de usar el tren en tus próximas vacaciones.
Energía y residuos
- Bajar la calefacción 1 ºC (con esto ya se nota la diferencia).
- Acortar el tiempo que se pasa bajo la ducha.
- Cerrar el grifo mientras te lavas los dientes o lavas los platos.
- Desenchufar los aparatos electrónicos y no dejar el teléfono enchufado cuando la batería ya esté cargada.
- No almacenar datos innecesarios en la nube (más información sobre tu huella digital).
- Optar por productos eficientes desde el punto de vista energético que lleven la etiqueta «A» (etiqueta energética de la UE).
- Limitar y reciclar tus residuos.
Para saber más:
Ciencia andaluza para combatir el cambio climático