Es una medida que cuantifica y nos ofrece una estimación del CO2 emitido por un producto a lo largo de los procesos por los que pasa, una persona o entidad. Es pues un indicador de consumo que mide parcialmente el impacto ambiental del mismo.

Esta medida es muy útil para conocer todas las acciones relacionadas con la fabricación, producción y consumo que aumentan nuestras emisiones, definir estrategias para reducirlas  y minimizar  así los efectos del cambio climático. Suele ser habitual que dentro de la huella de carbono se incluyan otros gases que contribuyen al efecto invernadero (GEI) como el metano, el óxido nitroso o los clorofluorocarbonos, haciendo la equivalencia a CO2

Es vital disminuir la huella de carbono en los procesos de producción y consumo para poder hacer frente de manera directa al cambio climático y por tanto a sus consecuencias.

Fotografía. Fuente:  Sky Noir en Foter