Nueva planta piloto agrovoltaica en la Universidad de Sevilla
Esta instalación piloto ubicada en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (ETSIA) de la Universidad de Sevilla pretende reproducir a pequeña escala lo que podría ser un diseño adecuado en el que la producción fotovoltaica y agrícola partan en igualdad, tal y como ha definido recientemente la Unión Europea. Un equipo multidisciplinar de la Universidad de Sevilla comprobará el efecto entre cultivo y paneles fotovoltaicos.
La nueva planta agrovoltaica, ubicada en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (ETSIA) de la Universidad de Sevilla, está formada por 3 pares de monopostes que delimitan tres repeticiones de cultivo. La instalación de paneles está realizada en altura (a unos 3m) lo que permite el paso de tractores por debajo, y con una separación entre postes que permiten el cultivo entre ellos. Un equipo multidisciplinar de la Universidad de Sevilla comprobará el efecto entre cultivo y paneles fotovoltaicos.
Los objetivos que se pretenden estudiar incluyen el efecto del cultivo sobre la temperatura del panel o la radiación reflejada. A la vez que se establece el efecto del sombreo sobre la producción en calidad y cantidad, el ahorro de agua o la aparición de plagas y enfermedades. Los efectos serán diferentes en función de los cultivos o la época del año que se considere.
El proyecto ha apostado por la producción hortícola al aire libre ya que permite una gran variedad de ciclos y especies vegetales que podrían considerarse en el sistema. También supone un sector muy dinámico económicamente que podría adaptar su producción e incluso ser parte de los productores de energía. La planta piloto nace, además, con una vocación de divulgación tanto a nivel académico como tecnológico y pretende incentivar el conocimiento de este tipo de sistemas en nuestra región.
La transición verde hacia un sistema económico menos dependiente de los combustibles fósiles y que permita una lucha eficaz contra el cambio climático pasa por el incremento de la producción de energía basada en fuentes renovables. La energía fotovoltaica tiene un papel muy importante en este objetivo tanto a nivel mundial como nacional. Sin embargo, estas instalaciones requieren de una gran superficie lo que se está suponiendo uno de los problemas más importantes para su implantación.
Una de las estrategias que se están llevando a cabo es el arriendo por periodos largos de tiempo de terrenos agrícolas. Estas fincas habitualmente son poco productivas o sus propietarios no son agricultores en su actividad principal. Esto está dando lugar a un gran impacto paisajístico y, sobre todo, a un rechazo del entorno rural. Este tipo de instalaciones se está percibiendo como una pérdida de actividad productiva beneficiosa para la comunidad al estar desplazada por otra que no genera empleo ni ingresos económicos.
«Las primeras publicaciones sobre agrovoltaica aparecen desde el año 2010. En ellas se sugiere un sistema en el que la producción agrícola es plenamente compatible con la producción fotovoltaica. Sin embargo, en algunas ocasiones, se está tergiversando este concepto realizando actividades agrícolas muy parciales y limitadas, entre medias de las instalaciones fotovoltaicas tradicionales. En realidad, el conocimiento de la respuesta de los cultivos en un sistema agrovoltaico es muy limitado», afirma el investigador de la US y miembro del proyecto, Alfonso Moriana.
Esta instalación piloto ubicada en la ETSIA es parte del proyecto del Ministerio de Ciencia e Innovación, Agencia Estatal de Investigación, PID2021-1227722OB-I00.