¿Qué es la energía?

En un sentido general, la energía es la capacidad que tiene un cuerpo o sistema de producir algún cambio en sí mismo o en otros. Cambios que pueden ser tanto físicos como químicos: desplazamiento, calor, luz, reacciones químicas, variación de estado, etc. Es una propiedad asociada a los cuerpos que está presente en todas las transformaciones que tienen lugar en la naturaleza y es fundamental para el desarrollo de la vida.

La energía hace que las cosas sucedan. Cada uno de los cambios que ocurren en el Universo precisan del concurso de la energía en sus variadas formas. Todos los seres vivos crecen y se desarrollan gracias a ella, y las máquinas la necesitan también para funcionar. Todo lo que hay a nuestro alrededor existe como resultado de la acción de alguna fuente de energía.

Nuestras funciones vitales se mantienen por la energía que liberan los alimentos cuando los ingerimos, y es también la que nos permite desplazarnos, jugar, trabajar, etc. Es el motor de cada una de nuestras acciones. La vida en la Tierra, en cualquiera de sus formas, no sería posible sin la energía que llega del Sol en forma de luz y de calor. Todo lo que ocurre se puede entender en clave de complejas e infinitas transformaciones de energía y transferencias de un cuerpo a otro.

Fotografía de un bosque con la luz del sol entrando entre los árboles. / Fuente: Pixabay/Joe.

Fuente: Pixabay/Joe.

Características y principios de la energía

La energía cumple el principio universal de conservación: no se crea ni se destruye, sólo se transforma en otra o se transfiere a otro cuerpo. De manera que la energía total de un sistema aislado siempre se mantiene constante, lo que constituye el primer principio de la termodinámica.

Sin embargo, cuando una energía se transforma en otra, se produce calor, aunque no interese su obtención. Es decir, que en todo proceso de transformación hay una parte de la energía que se degrada al no ser utilizada, aunque no se destruya. A este hecho se le se conoce como el principio de degradación.

 Formas de energía

La energía que poseen los cuerpos puede manifestarse de muy distintas formas. Las más sencillas son las siguientes:

Energía mecánica

Es la energía que viene determinada por la posición y el movimiento de los cuerpos.

Energía térmica o calorífica

Se debe al calor producido por el movimiento vibratorio de las partículas que forman la materia. A mayor temperatura, a más velocidad se mueven y, por tanto, más energía tienen.

Energía química

Es la que se libera al reaccionar dos o más productos químicos para formar otro distinto. Un ejemplo se encuentra en la energía almacenada en los alimentos que se libera al ser procesados por nuestro organismo, o la que aparece al quemar madera, carbón, petróleo u otros combustibles.

Fotografía en primer plano de frutos rojos, fresas y arándanos, sobre una mesa de madera. / Fuente: Pixabay/András.

Fuente: Pixabay/András.

Energía nuclear

Se encuentra encerrada en el núcleo del átomo de la materia, que se consigue liberar provocando reacciones nucleares que ocasionan la ruptura de núcleos (fisión) o, por el contrario, la unión de núcleos (fusión). La fisión del Uranio es el proceso utilizado generalmente en las centrales nucleares.

Energía radiante o electromagnética

Está presente en las radiaciones y en las ondas electromagnéticas, como pueden ser la luz, los rayos gamma, los rayos-X, las microondas, los infrarrojos, los ultravioleta, las ondas de radio, de televisión, etc. El hecho de que se puedan propagar en el vacío, sin necesidad de soporte material, es su principal virtud. El más claro ejemplo es de la luz que recibimos del Sol.

Energía eléctrica

Se genera por las cargas eléctricas en movimiento y tiene lugar cuando se altera el equilibrio entre los electrones y los protones de los átomos. Está asociada a la corriente eléctrica y es la forma de energía que más fácilmente se puede transformar en otras. Es la más conocida y presente en los hogares.

Fotografía de molinos de viento, aerogeneradores de energía eólica. / Fuente: Pixabay/Haide.

Fuente: Pixabay/Haide.

Unidades de medida

Al existir diferentes formas de energía, también existen diferentes unidades de medida para cada una de ellas. Por ejemplo, la energía calórica se mide en calorías (cal), lo que corresponde a 4,1868 julios; la química que se obtiene de los alimentos también se puede medir en calorías; y la energía eléctrica se mide en vatios (W), siendo un vatio igual a un julio por segundo.