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Energía fósil

Qué es: Es la obtenida de la combustión de ciertas sustancias producidas a partir de la acumulación de restos fosilizados de seres vivos que vivieron hace millones de años. La energía proveniente de su quema se puede transformar en electricidad y calor. Son fuentes de energía fósil el gas natural, el petróleo y el carbón. El carbón se formó a partir de bosques, mientras que el petróleo y el gas natural provienen de masas de plancton marino. La energía que almacenan viene dada por la materia orgánica que se descompuso sólo parcialmente, albergando aún moléculas con enlaces de gran contenido energético proveniente del Sol.

Fuente. Pixabay. Raimond Castillo

Cómo se obtiene: La energía química del fósil se transforma en térmica por el calor que genera su combustión directa. Casi todo el carbono que poseen los combustibles fósiles se convierte durante la quema en dióxido de carbono, además de en otros gases. Pero la combustión también puede dar lugar a energía cinética o mecánica, como en el caso del petróleo en los automóviles, donde la energía liberada en forma de calor y presión mueve los pistones de un motor que, a su vez, hace girar las ruedas.

La energía eléctrica o termoeléctrica se obtiene en las centrales térmicas de ciclo convencional o de ciclo combinado. Las primeras emplean el calor liberado durante el proceso de combustión para mover un alternador y producir así electricidad. Estas centrales contribuyen notablemente al efecto invernadero por sus altas emisiones de CO2. En las de ciclo combinado, sin embargo, el combustible se utiliza dos veces para generar electricidad en dos turbinas distintas: una movida directamente por los gases generados en la quema y otra por el vapor generado en el proceso anterior. Cada una de estas turbinas está acoplada a su correspondiente alternador que genera energía eléctrica. El rendimiento de estas centrales es más elevado, lo que reduce su impacto por kWh producido.

Historia: El empleo de los combustibles fósiles para producir energía de forma generalizada vino de la mano de la Revolución Industrial (s. XVIII) y las máquinas de vapor, con sus motores de combustión externa. Lo que supuso un desarrollo productivo nunca antes conocido por el hombre y que se mantiene en nuestros días -ahora con los motores de combustión interna y la producción de electricidad– a pesar de su impacto negativo sobre el ambiente.

Ventajas:

  • Producen energía de forma regular con buen rendimiento.
  • Son baratas y fáciles de extraer.
  • Permiten obtener numerosos productos derivados.
  • Aunque se trata de fuentes no renovables que llegarán a agotarse, su existencia es abundante en determinadas zonas del planeta.

Inconvenientes:

  • Son muy contaminantes. Responsables del alto volumen de emisiones de CO2 y otros gases tóxicos
  • Son causa del efecto invernadero y la lluvia acida.
  • Su combustión, su extracción y transporte genera contaminación y alteración de ecosistemas.
  • Su manipulación es peligrosa.
  • Las reservas están condenadas a agotarse a corto o medio plazo, por lo que cada vez serán más caros y su extracción más difícil. Se habla del pico del petróleo para referirse al momento en el que, tras alcanzar la tasa máxima de extracción del petróleo a nivel global, la producción entrará en un declive drástico hasta llegar al agotamiento.
  • Al encontrarse concentrado en zonas concretas del planeta, estas fuentes de energía han creado una gran dependencia respecto a los países productores.
  • La lucha estratégica por el control de estos recursos ha estado presente en importantes conflictos bélicos, como los que han tenido lugar en el Golfo Pérsico, zona productora de petróleo, entre otros.
  • La técnica de extracción conocida como fracturación hidráulica (fracking), que consiste en inyectar a presión agua con arena y distintos productos químicos con el objetivo de agrandar las fracturas del sustrato que encierra el gas o el petróleo es una práctica económicamente rentable pero  contaminante y con un gran impacto medioambiental.

Fuente. Foter Ted_s photos – For Me _ Your

En nuestro territorio: Con un modelo de abastecimiento energético estrechamente ligado a los combustibles fósiles, España es un país deficitario, es decir que dependemos de su importación del exterior para consumirlos. Países como Argelia, Libia, Nigeria o el Norte de Europa, nos los hacen llegar en grandes barcos o a través de gasoductos. El escenario energético de Andalucía no es diferente. Las importaciones energéticas suponen casi el 75% del consumo y los derivados del petróleo cubren el 44,2% de la demanda energética total andaluza.

Perspectivas de futuro: El escenario energético de Andalucía está cambiando en los últimos años. Se está evolucionando hacia un sistema más eficiente, que aprovecha cada vez más la abundancia de recursos renovables autóctonos, además de que se han intensificado las políticas de fomento de ahorro y eficiencia energética.