El pasado verano tan solo fue superado en temperatura media por los de 2022 y 2003. En su transcurso se registraron cuatro olas de calor, con un total de veinticuatro días en esa situación en España. Fue el cuarto verano con más días bajo ola de calor. Se trató del tercer verano más lluvioso del siglo XXI, aunque la mayoría de las lluvias se concentraron en el mes de junio. Al término de la estación estival, la España peninsular en su conjunto continuaba en sequía meteorológica de larga duración. Es muy probable que el otoño de 2023 sea más cálido de lo normal. Con mayor incertidumbre, también podría tratarse de un trimestre con precipitaciones por encima de lo habitual.
El verano tuvo carácter extremadamente cálido en amplias zonas del tercio sur de la península ibérica y en el Cantábrico occidental, mientras que resultó muy cálido en el resto de la España peninsular. En Baleares fue muy cálido, y en Canarias tuvo carácter muy cálido o extremadamente cálido. Las temperaturas máximas diarias quedaron en promedio 1,2 °C por encima del valor normal, mientras que las mínimas se situaron 1,4 °C por encima de la media. Por lo tanto, la temperatura media del verano fue 1,3 ºC superior al promedio normal.
Durante el verano fueron frecuentes los episodios de altas temperaturas, observándose cuatro olas de calor en el ámbito geográfico de la Península y Baleares. Las dos primeras se extendieron entre los días 9 a 12 de julio y 17 a 20 de julio, con catorce y veinte provincias afectadas, respectivamente. Las dos siguientes, que se extendieron entre los días 6 a 13 de agosto (con diecinueve provincias afectadas) y 18 a 25 de agosto (treinta y cinco provincias afectadas), fueron las más prolongadas e intensas, con temperaturas máximas por encima de los 40,0 °C en gran parte del territorio, llegando a superarse los 45,0 °C en algunos puntos de la provincia de Valencia y de Andalucía los días 10 y 11 de agosto. En el aeropuerto de Valencia se registró el día 10 una temperatura máxima de 46,8 ºC, la más alta registrada este verano en España y que batió el récord de la estación por más de 3 ºC de diferencia. Con los datos actualmente disponibles, hubo un total de veinticuatro días bajo ola de calor en el ámbito de la Península y Baleares, por lo que se trataría del cuarto verano con mayor número de días en esa situación, tras los de 2022, 2015 y 2017.
En Canarias hubo dos olas de calor, ambas en agosto: la primera entre los días 10 y 14, en la que se superaron los 40,0 °C en todas las islas, y la segunda, de menor intensidad, entre el 20 y el 24 de agosto.
En veintitrés estaciones principales la temperatura media del verano fue la más alta de las respectivas series de verano. En quince la media de las máximas fue también la más alta desde que se tienen registros, y en veintinueve la media de las mínimas superó al anterior valor más alto de la serie.
Hubo también tres episodios de temperaturas por debajo de lo normal, de corta duración: el primero entre los días 25 y 26 de julio, el segundo entre los días 3 y 5 de agosto, y el último entre el 27 y el 30 de agosto.
Más allá del verano, hay que destacar que, con los datos comprendidos entre enero y agosto, el año 2023 empata con 2022 y 2020 como los más cálidos de la serie histórica, con una temperatura media de 15,7 ºC, que se sitúa 1,1 ºC por encima del promedio normal. Desde 1961 hasta 2023, la temperatura media en la España peninsular ha aumentado 1,6 ºC. La temperatura de las aguas costeras de España también registraron, entre enero y agosto, su valor más alto desde que hay datos, superando en 0,5 ºC el anterior registro más cálido, correspondiente a 2020.
Precipitaciones
En cuanto a las precipitaciones, se trató de un verano muy húmedo. Se acumularon en la España peninsular 87,2 mm, valor correspondiente al 124 % respecto al promedio normal. Se trató del decimosexto verano más húmedo desde el comienzo de la serie en 1961, y del tercero más húmedo del siglo XXI, después de los veranos de 2010 y 2018. En Canarias fue el segundo verano más húmedo después del verano de 2015.
El verano tuvo carácter entre normal y húmedo en casi toda la Península. Únicamente fue seco en puntos dispersos de la Península y algunas zonas costeras de Cataluña. El verano fue muy húmedo en el interior de Galicia, puntos del País Vasco y Navarra, norte de Extremadura, interior de Zaragoza, en Teruel, mitad norte de la Comunitat Valenciana, zonas de Castilla-La Mancha y mitad occidental de Andalucía. En ambos archipiélagos, el verano fue muy húmedo, con excepción de la isla de Lanzarote, en la que tuvo carácter seco.
El verano comenzó con un mes de junio muy húmedo, el cuarto más lluvioso desde el comienzo de la serie en 1961, detrás de 1988, 1992 y 2010, siendo, por tanto, el segundo más húmedo del siglo XXI. Por el contrario, julio y agosto fueron muy secos, y las precipitaciones quedaron, respectivamente, en torno al 59 y 47 % de sus valores normales. Las tres cuartas partes de la lluvia acumulada en verano tuvo lugar en el mes de junio.
Al finalizar el verano, la Península Ibérica en su conjunto se encuentra en situación de sequía meteorológica considerando las precipitaciones de los doce meses previos. Todas las cuencas de acumulación, salvo la del Tajo, se hallan en esa situación. También existe una sequía meteorológica de larga duración, es decir, teniendo en cuenta las lluvias de los tres años anteriores, para el conjunto de la España peninsular y en todas las cuencas de acumulación salvo las del Júcar, Segura y Tajo. En las cuencas del Guadalquivir y Guadiana se trata de la sequía más duradera desde, al menos, 1961; en la cuenca del Pirineo oriental es la sequía meteorológica más intensa desde el inicio de la serie.
Avance de la predicción estacional
Según los modelos de predicción estacional, hay una alta probabilidad (superior al 60 % en la Península y al 70 % en los archipiélagos) de que el otoño meteorológico sea más cálido de lo normal. En cuanto a las precipitaciones, existe un 50 % de probabilidad de que sea más lluvioso de lo normal, frente a un 20 % de que sea más seco. En cuanto al trimestre compuesto por octubre, noviembre y diciembre, lo más probable es que sea muy cálido (hay entre un 50 y 70 % de probabilidades). También podría ser más lluvioso de lo normal, aunque en este caso hay mayores incertidumbres: hay una probabilidad de entre el 40 y el 50 % de que sea un trimestre lluvioso frente al 20 a 40 % de que sea seco.
Imagen 1. Durante el pasado verano se observaron 4 olas de calor (Fuente Freepik).