¿Es la energía nuclear la solución a la crisis energética?
Mientras que las fuentes renovables aportaron en 2020 el 43,6% de la electricidad producida en España, la energía nuclear alcanzó el 22,2%. La energía nuclear utiliza como materia prima el uranio enriquecido, y en menor medida, el plutonio. Actualmente, se estiman unas reservas mundiales de uranio de 2,5 millones de toneladas, distribuidas entre Australia (24,5%), Kazajistán (17,3%), Rusia (5,2%) y Sudáfrica (8,6%) fundamentalmente. En Europa, solamente se localizan el 1,2% de las reservas totales mundiales.
El uranio se encuentra en la naturaleza en concentraciones muy bajas: 500 gramos de uranio aprovechable por cada tonelada de mineral, lo que provoca importantes deterioros en el medio para su extracción. En España son necesarias 1.500 toneladas de uranio natural para abastecer a las centrales actuales. Las reservas de materia prima localizadas en Salamanca y Badajoz no son rentables en las condiciones económicas y técnicas actuales, ya que suponen un coste de extracción superior a 116 €/Kg, por lo que importamos la materia prima principalmente de Nigeria.
Se estima que, al ritmo actual, las reservas en el mundo durarán alrededor de 100 años. Si el total de la energía eléctrica mundial se produjese con energía nuclear bastarían sólo 5 años para agotar todo el uranio del planeta.
Las centrales nucleares no emiten gases derivados de la combustión que favorecen el efecto invernadero, ni emplean combustibles fósiles para su operación. Sus características chimeneas son torres de refrigeración por las que se libera vapor de agua. Sin embargo, generan otro tipo de problemas ambientales ligados a la fabricación del combustible y a la gestión posterior de los residuos radiactivos.
El periodo de vida de una central nuclear es de 25 años, mientras que los residuos radiactivos que genera quedan almacenados en depósitos durante toda su vida media, 250.000 años. ENRESA, Empresa Nacional de Residuos Radiactivos es la encargada en España de gestionar los más de 170.000 m3 de residuos de media y baja actividad, con un coste superior a los 15.000 millones de euros.
En la península hay funcionando 5 centrales nucleares, con una potencia total de 7.4 MW. El coste de inversión es de casi 3.000 millones de euros/GW. Si todo nuestro consumo eléctrico procediera de este tipo de instalaciones serían necesarios más de 30 nuevos reactores en la península y casi 15.000 en todo el mundo, lo que supone, no sólo un alto riesgo medioambiental, sino también un elevadísimo coste económico.
La utilización generalizada de fuentes nucleares para el abastecimiento energético global, tal y como plantean algunos grupos, implica también la necesaria reflexión sobre su colocación en países con importantes tensiones políticas, o próximas a los núcleos urbanos, principales centros de consumo, para evitar pérdidas energéticas en la distribución.
Por tanto, la energía nuclear no es la solución ya que, ni elimina el problema de la dependencia energética, ni disminuye el riesgo ambiental del sistema energético. Por esta razón países con un alto nivel de vida como Austria, Luxemburgo, Noruega o Nueva Zelanda han rechazado voluntariamente la idea de utilizar la energía nuclear como recurso energético.