La comunidad científica, a través de multitud de investigaciones cuyos resultados se aglutinan en los diferentes informes desarrollados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), ha planteado la necesidad de actuar de manera urgente para afrontar la emergencia climática en la que estamos inmersos. Uno de los objetivos prioritarios, en este sentido, es la descarbonización de nuestra economía, para lo que es inevitable desarrollar una profunda transformación de nuestro modelo de producción y consumo de energía, y caminar hacia un nuevo modelo energético que permita satisfacer nuestras necesidades sin degradar los sistemas ecológicos. En este sentido, se considera fundamental:

  • Incrementar la cantidad de electricidad producida mediante fuentes renovables, sustituyendo paulatinamente en el mix energético a la energía sucia procedente de la quema de combustibles fósiles. Esto, además, supondría aumentar nuestra soberanía energética al hacer uso de fuentes autóctonas.
  • Aprovechar los últimos avances tecnológicos que mejoran la eficiencia energética, posibilitando realizar un mismo trabajo con un menor consumo energético.
  • Fomentar el ahorro energético, evitando el consumo de energía innecesaria.

Fotografía. Fuente: Imagen de Comfreak en Pixabay