El investigador de la UAL Gabriel Acién coordina un proyecto, de financiación europea, para mejorar la producción de cerveza y conseguir, a partir de los deshechos de ésta, nuevos productos, resolviendo así los problemas medioambientales en la fabricación de este producto.
El objetivo del proyecto Greenbiorefinery, explica el profesor de la Universidad de Almería y coordinador de esta investigación Gabriel Acién “es desarrollar nuevas estrategias para generar bioproductos valiosos mediante el tratamiento de los residuos de cervecería con microalgas y produciendo biomasa y nuevos derivados del producto”.
“Las cerveceras quieren ser cero emisiones”, señala Acién. Actualmente, el CO2 que producen las cerveceras lo reinyectan para dar “la presión que nos gusta” al producto; los residuos de levaduras y de cereal lo emplean en ganadería; sin embargo, generan aguas sucias “que podemos limpiar con las microalgas y reutilizar los nutrientes que contienen para utilizarlos como piensos animales o fertilizantes”.
¿Qué se conseguirá con esta investigación? “Permitirá transformar los desechos de fábricas de cerveza en biomasa”. Por una parte, se consigue la reducción del impacto ambiental de las actividades cervecerías, pero también la recuperación de los nutrientes contenidos en éstos deshechos y la producción de compuestos valiosos.
Es un proyecto a tres años. Los diferentes procedimientos que se investiguen se van a poner en práctica y serán comparados “de tal forma que podamos comparar los métodos más adecuados para utilizar estos desechos en la producción de biomasa de microalgas”. Durante el primer año se investigará para hacer un prototipo y los siguientes años se ensayará en fábricas. “Para ello se cuenta con la implicación de dos empresas cerveceras, Mahou en España y La Unión en Colombia”. El proyecto también implica a cinco centros de investigación de España, Colombia y Argentina.
La investigación en procesos basados en microalgas está dando muy buenos resultados, resultados que ya se aplican en la práctica como por ejemplo, cuenta Acién, “Aqualia tiene una planta de 10 hectáreas para reciclar a través de microalgas todo el agua residual de Chiclana”. Las tecnologías están y “el impulso de la sociedad hará que cada vez se apliquen más”.
Para el investigador de la UAL esta tendencia se ve reflejada en la forma de producir y entender los residuos: “Hoy en día la tendencia no es hablar de residuos sino de materias primas para generar nuevos productos”. Se trata de un cambio de mentalidad, afirma Gabriel Acién. “De otra forma no sería rentable: depurar un residuo te cuesta dinero pero revalorizar un producto que tienes como deshecho supone ganar dinero con ese nuevo producto”.