Científicos de la Escuela Politécnica Superior de Linares de la Universidad de Jaén apuestan por la producción eficiente de aceite de oliva virgen extra y la generación de energía eléctrica y térmica para autoconsumo a través de residuos que se generan. Se trata de una iniciativa de ámbito internacional vinculada con la agricultura sostenible en el Mediterráneo y con la que se busca lograr la eficiencia energética en el proceso productivo del conocido como ‘oro líquido’.
Los investigadores David Vera, Francisco Jurado, José Moyano, Lázuli Fernández y Juan Luis Guido, de la Escuela Politécnica Superior de Linares de la Universidad de Jaén, trabajan en el desarrollo del proyecto ‘Oportunidades para la mejora de la cadena de suministro del aceite de oliva a través de la valorización de subproductos’ (OLIVEN). Se trata de una iniciativa de ámbito internacional vinculada con la agricultura sostenible en el Mediterráneo y con la que se busca lograr la eficiencia energética en el proceso productivo del aceite de oliva. En el proyecto, que está coordinado por el equipo de la UJA, también están involucrados el Instituto del Olivar, el Ministerio de Agricultura de Túnez y el Instituto de Aceite de Oliva de Turquía.
David Vera, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la EPS de Linares, es el coordinador del proyecto, el cual se encuentra al 50% de ejecución y cuya idea principal es «calcular las emisiones de CO2 que se derivan de producir aceite de oliva virgen actualmente, con los procesos de producción que se siguen, y además proponer la creación de nuevas tecnologías renovables y alternativas que utilicen los residuos de la propia producción del aceite para, así, autogenerar energía eléctrica y térmica en las propias almazaras o cooperativas». También se plantea con ello la producción de «biochar», un carbón activo que potencia el uso del suelo de olivar y lo protege de la erosión.
El investigador de la UJA indica que la cadena de valor del aceite de oliva genera una variedad de subproductos, particularmente durante la fase agrícola y de producción, que actualmente no son valorizados o su gestión no se realiza de forma eficiente, convirtiéndose en residuos. Y es que, de cada 100 kilos de aceitunas procesadas, más de 80 kilos se convierten en residuos (hueso, alperujo y hoja) sin tener en cuenta las podas de olivar. Esto aumenta los costos de tratamiento de residuos para cada planta de producción de aceite, generando una pesada carga económica y ambiental en toda la cadena de valor. Por lo tanto, para diseñar una cadena de aceite de oliva más eficiente y ecológica, el análisis de ciclo de vida (ACV) es una metodología muy importante para identificar los procesos que generan problemas ambientales significativos.
El objetivo del proyecto OLIVEN es definir la tecnología de valorización exitosa para los residuos y subproductos del aceite de oliva, centrándose en la mejora de la cadena de valor en los países de España, Túnez y Turquía. Para alcanzar este fin, se llevarán a cabo una serie de tareas específicas: desarrollar un estado del arte de la cadena de valor del aceite de oliva, los subproductos actuales y las técnicas de valorización de residuos para cada país involucrado en el consorcio; identificar y definir la tecnología innovadora y madura de valorización de residuos; realizar un ACV comparativo y análisis de costes de las actuales cadenas de valor de aceite de oliva más representativas en cada país, evaluando las mejoras propuestas.
Finalmente, los resultados esperados son proporcionar información útil para asociaciones locales productores de aceite de oliva, con el fin de cambiar sus hábitos actuales hacia soluciones más sostenibles y la economía circular; instalar una tecnología de valorización de residuos (basada en la gasificación de biomasa) capaz de autoconsumir la energía eléctrica y térmica de una almazara u orujera, mejorando así la gestión ambiental y económica de la cadena de valor del aceite de oliva; mejorar la calidad del suelo y prácticas agrícolas mediante el uso limitado de energía, agua y productos químicos (pesticidas y fertilizantes), y aumentar los ingresos económicos de agricultores y productores locales de aceite de oliva mediante el acceso a nuevos mercados como son la producción y autoconsumo de energía renovable (térmica y eléctrica) y la producción de fertilizantes, impulsando así la economía rural.
Para la demostración del proyecto OLIVEN, los investigadores instalarán en Mengíbar una central de gasificación que se está construyendo para poder producir electricidad y energía térmica en forma de autoconsumo, a través de los residuos del proceso productivo de aceite de oliva. Este proyecto cuenta con financiación europea y culminará a mediados de 2021.
Imagen 1. David Vera, de pie en el centro, junto al resto de componentes del equipo que trabaja en este proyecto.