Investigadores de la Universidad de Jaén (UJA) trabajan en un proyecto en el que buscan la eficiencia energética en el proceso de secado de los posos del café, a través de la cinética de su secado, ya que de ellos se obtienen biocombustibles.
Uno de los investigadores principales del proyecto “Modelado y control de secadero rotativo orujo” es el investigador de la Universidad de Jaén, Francisco Javier Gómez de la Cruz, que afirma que desde hace tiempo, en Estados Unidos y en Reino Unido, hay estudios dirigidos para sacar el máximo partido a esos posos del café, “ya que el 15 por ciento de los mismos contiene aceite, del que una vez desgrasado se obtiene biodiesel”.
El poso del café que se obtiene del prensado del mismo en una cafetería o en una industria de café soluble presenta una humedad entre el 60 y 70 %, por lo que la clave para obtener biocombustibles derivados de este subproducto a gran escala es el secado. “Es vital secar, como mínimo, hasta la humedad de equilibrio, la cual está en torno al 7 por ciento, en base húmeda”, asegura Gómez de la Cruz.
De los posos del café se obtienen varios biocombustibles. El biodiesel procede de las grasas. Para extraer las grasas de los posos del café es preciso el secado, “porque a los posos hay que añadirles un disolvente, para extraer la grasa, como ocurre con el alpeorujo”, afirma. Con ese aceite, que está en torno a 150 gramos de cada kilo de poso seco, a partir de la transesterificación (proceso químico, a través del cual, aceites se combinan con alcohol (etanol o metanol) para generar una reacción que produce ésteres grasos), se obtiene el biodiesel. Esos posos de café también pueden contener azúcar, como el que se extrae del café torrefacto, que por fermentación da lugar al bioetanol. “También, mediante procesos, como una pirolisis lenta a temperatura baja, se puede obtener bioaceites”, subraya.
El residuo restante, los posos desgrasados y sin azúcar, se puede prensar, peletizar, y convertirlo en tubitos, como se hace con las astillas de madera, para que sirvan de combustible en calderas de biomasa, y generar energía eléctrica y térmica.
A su juicio, lo más factible es utilizarlo de esta última forma, peletizar el 100 por ciento de los posos secos “y llevarlos a calderas para generación de energía térmica y eléctrica. Para ello se necesita una gran industria química”. En este sentido, la rentabilidad de este secado del poso del café está en la industria del café soluble, porque genera millones de kilos de poso de café al año. Históricamente en países como Colombia y Brasil han utilizado los posos del café húmedos con la consecuente enorme disminución en el rendimiento de la combustión. “No es igual quemar un subproducto que tiene una humedad de equilibrio, prácticamente 7 por ciento, que con una humedad del 60 por ciento, ya que la cantidad de energía que tienes que generar para evaporar ese agua es mucha y el rendimiento de la combustión disminuye enormemente”. De hecho, se han puesto en contacto cafeteros desde Colombia con Francisco Javier Gómez, “para pedirme consejo sobre qué dispositivos serían útiles para secar a grande escala, porque estas empresas tienen que secar 3 ó 4 toneladas a la hora”.
La aportación de su equipo de investigación (en el que participan Fernando Cruz Peragón, Pedro José Casanova Peláez y José Manuel Palomar Carnicero) está en el estudio de la cinética del secado: los tiempos de secado, la tasa de secado (que es la variación de la humedad con el tiempo), y los parámetros de difusión y de convención (fenómenos de transferencia de calor y masa), para ser aplicados a gran escala. Todas las mediciones se han realizado en un túnel de secado, cuyos resultados se están aplicando en un secadero rotativo experimental, que se encuentra ubicado en el laboratorio de máquinas y motores térmicos de la Escuela Politécnica Superior de Jaén (EPSJ).
Se estima que al año se obtienen 8 millones de toneladas de posos de café. El 50 por ciento aproximadamente de esos posos, 4 millones de toneladas, es aprovechado energéticamente por la industria del café soluble. El resto no.
Autor: Gabinete de Comunicación de la UJA (C.Q.R.)