¿Es España un país energéticamente dependiente?
España es un país con limitados recursos energéticos fósiles, por lo que nuestro sistema energético, basado en buena parte en estas fuentes, se ha caracterizado siempre por tener una dependencia exterior elevada. Una forma de cuantificar esta dependencia es a través de un indicador que mide la relación porcentual entre la producción nacional de una energía determinada y el consumo de la misma.
Esta dependencia exterior supone que España debe importar anualmente millones de toneladas de petróleo, lo cual representa el pago de una importante factura energética que resulta una carga excesiva para nuestra economía.
El incremento de la capacidad instalada de las tecnologías renovables en España es imprescindible para lograr nuestra independencia energética del exterior. Esta situación nos afecta tanto en lo que se refiere a la volatilidad de los mercados internacionales de materias primas fósiles y su impacto sobre los precios, como en la seguridad del abastecimiento, al depender de países situados en zonas de máximo interés geopolítico.
Nuestra dependencia energética ha ido disminuyendo con los años a medida que aumenta nuestra descarbonización y la apuesta por la transición energética. El comienzo del despliegue de las renovables en nuestro territorio logró que el máximo histórico de dependencia energética del 81,3% que se alcanzó en el año 2008, se redujera en 2012 y 2013 al 70,2%.
Imagen: Limassol/Cyprus (Pixabay).