En el transporte
- Ir a pie o en bicicleta en los desplazamientos cortos, beneficiando nuestra salud y el medio ambiente.
- Siempre que se pueda, utilizar el transporte público en nuestros desplazamientos, por ejemplo para acudir al trabajo. Si utilizamos nuestro vehículo, procurar compartirlo con otras personas.
- Antes de coger nuestro vehículo, valorar los atascos que vamos a sufrir y los problemas de aparcamiento. Si aún así optamos por utilizarlo, planificar la ruta que pueda estar menos congestionada.
- Evitar la sobrecarga del vehículo por el exceso de peso.
- Utilizar el aire acondicionado en los vehículos con moderación y conectar la recirculación del aire dentro del habitáculo.
- Seguir las reglas de la conducción eficiente: mantener una velocidad uniforme, evitar frenar y acelerar de forma innecesaria, así como los constantes cambios de marcha, apagar el motor en las paradas de más de 60 segundos en los atascos, etc.
- Mantener en buenas condiciones el coche. Revisar: la presión de las llantas, su alineación, el filtro de aire, las bujías, la carburación, los niveles de agua y aceite, etc.
- Si se necesita comprar un coche, elegir el que menos combustible consuma y por tanto con mejor etiquetado ambiental y el que se adapte mejor a nuestras necesidades reales.
- Llevar las ventanillas totalmente abiertas incrementa el consumo de combustible en un 5%.
- Compartir coche en nuestros desplazamientos diarios y esporádicos, es una buena forma de ahorrar dinero en mantenimiento y combustible y ahorrar emisiones de CO2
- Comprar productos que provienen de lugares próximos a nosotros, y que por tanto no han precisado de un gran consumo energético en su transporte.