La pila de combustible, también llamada célula de combustible o celda de combustible, (comúnmente nombrada fuel cell en inglés) es un dispositivo electroquímico en el cual un flujo continuo de combustible y oxidante sufren una reacción química controlada que da lugar a los productos y suministra directamente corriente eléctrica a un circuito externo.

Hay que diferenciar,  además, entre las pilas convencionales y las pilas de combustible. Las baterías convencionales son dispositivos de almacenamiento de energía: en su interior hay unos reactivos que producen energía hasta que se consumen. Sin embargo, en la pila de combustible los reactivos se suministran como un flujo continuo desde el exterior, lo que permite generar energía de forma ininterrumpida.

La clasificación más extendida de las pilas de combustibles, se basan en el tipo de electrolito empleado. El electrolito es una sustancia que se descompone en iones que son partículas cargadas de electricidad, que cuando se disuelve en los líquidos del cuerpo o el agua, permiten que la energía eléctrica pase a través de ellos.

Tipos:

– Alcalinas. Las primeras se desarrollaron dentro del programa Apolo. Necesitan H2 y O2 muy puros. Operan entre 25 y 120 °C.

– Ácido fosfórico. Electrodos de carbón poroso, dopado con platino. Están ya en fase de comercialización para cogeneración en edificios comerciales (200 KW).

– Carbonatos fundidos. Utilizan carbonatos de litio y potasio.

– Metanol directo. Utilizan como electrolito ácido sulfúrico.

– Membranas de polímero. Son de baja temperatura (<100 °C) y de larga vida útil.

Imagen: Emilian Robert Vicol (Pixabay).

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