¿Qué se hace con los residuos que genera una central nuclear?
El tratamiento que se hace a los residuos producidos en una central nuclear es diferente en función de su naturaleza:
– Los residuos gaseosos, una vez separados del refrigerante primario, son filtrados para retener los isótopos de yodo y las partículas en suspensión. El resto de dichos residuos, fundamentalmente gases nobles, pasan a un sistema de retención de tanques o a lechos de carbón activo, donde pierden gran parte de su actividad por desintegración radiactiva. Posteriormente, se evacúan a la atmósfera donde se difunden como cualquier efluente gaseoso, aprovechando condiciones meteorológicas favorables.
– Los residuos líquidos se filtran y, posteriormente, se tratan en procesos de evaporación o intercambio de ión. Una vez que los efluentes líquidos han sido depurados y efectuados los correspondientes controles para verificar el cumplimento de las especificaciones de vertido, se pueden descargar al exterior.
– Los residuos sólidos generados en una central nuclear, se clasifican en dos grupos para su tratamiento: residuos de baja y media actividad y residuos de alta actividad. Son residuos de baja y media actividad, ropas, guantes, papeles, herramientas, filtros y resinas procedentes del tratamiento de los residuos líquidos y gaseosos, etc. De alta actividad es, fundamentalmente, el combustible gastado, ya que en España se opta actualmente por el ciclo abierto.
Los residuos de baja y media actividad, una vez inmovilizados en cemento, son metidos en bidones metálicos que se envían a las instalaciones de almacenamiento.
En España está en funcionamiento, desde 1992, el almacenamiento de El Cabril, en Hornachuelos (Córdoba), para este tipo de residuos, construido con la tecnología francesa de barreras múltiples.
La peligrosidad de los residuos de alta actividad requieren la implantación de una gestión acorde con los riesgos para el público, el medio ambiente y las generaciones futuras, en diferentes etapas:
- Almacenamiento inicial. El combustible gastado se almacena por unos pocos años para reducir la carga calorífica en las piscinas de combustible gastado de las centrales nucleares.
- Almacenamiento intermedio. Se almacena a medio o largo plazo (entre 20 y 60 años) en las piscinas de combustible gastado o en contenedores en seco, en los Almacenes Temporales Individualizados (ATI) del emplazamiento de las centrales que disponen del mismo.
- También puede almacenarse en un Almacén Temporal Centralizado (ATC), independientemente al emplazamiento de las centrales nucleares, por un periodo de 60 o 100 años o bien en distintos Almacenes Temporales Descentralizados (ATD).
- Almacenamiento definitivo. Dado el largo periodo de actividad de estos residuos, el Almacenamiento Geológico Profundo (AGP) es la opción internacionalmente aceptada para la gestión final de los residuos radiactivos de alta actividad. En el concepto de diseño multibarrera, es clave la barrera geológica.
Para reducir el volumen de estos residuos y reutilizar los materiales fisionables, en otros países se adoptan estrategias de ciclo cerrado, como el reprocesado del combustible gastado, que supone la separación del uranio y plutonio contenidos en el combustible para su reutilización en un nuevo proceso de fisión nuclear en las centrales nucleares.
Fotografía: Fuente. ELG21