El daño producido al cuerpo humano por todo tipo de radiación que se reciba se mide con una magnitud que se llama dosis de radiación.

Debe tenerse en cuenta que, para una cantidad dada de radiación, el daño producido en los tejidos por los distintos tipos de radiación (alfa, beta, gamma, X, neutrones) es diferente. Por eso, la cantidad de radiación absorbida (dosis absorbida) debe multiplicarse por unos factores de ponderación de la radiación para dar la dosis equivalente, que es la que tiene en cuenta el tipo de radiación que se ha recibido.

Sin embargo, algunos órganos del cuerpo humano son más sensibles que otros a la radiación y son dañados de distinta forma por un mismo tipo de radiación. Por tanto, la dosis equivalente se multiplica por otros factores de ponderación de los tejidos, obteniéndose así la dosis efectiva que mide el daño total producido.

Imagen: Goran Horvat (Pixabay).