El carbón, aunque continúa teniendo una utilización grande hoy día (cubre aproximadamente el 25% del consumo mundial), su importancia ha ido disminuyendo desde comienzos del siglo XX, a pesar de la efímera recuperación que tuvo en la década de los setenta, como consecuencia de la crisis petrolera.

El principal uso del carbón es para la producción de electricidad, sobre todo el lignito y la antracita. Solamente la hulla se utiliza también para la producción de coque en la siderurgia integral y otros usos en el sector industrial.

Actualmente se estima que las reservas de carbón en el mundo son de 860,938 millones de toneladas, que se reparten casi al 50% entre reservas de hulla y antracita y reservas de lignitos.

La producción mundial del carbón en el año 2006 fue del orden de 7,695 millones de toneladas actuales, lo cual significa que al nivel actual de extracción, existen reservas probadas de este combustible para unos 147 años.

Por tanto, el carbón es el combustible más abundante a nivel mundial. Adicionalmente presenta la ventaja de que las reservas de carbón están más uniformemente distribuidas a lo largo del globo que las de otros combustibles, como el petróleo o el gas natural.

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